Con
esto de las pastillas hormonales que se encuentran tratando una breve
disfunción, la verdad es que los sentimientos de mi interior están a flor de
piel. Esto tiene pros y contras ya que normalmente los suprimo sin darme cuenta
y solamente estoy consciente de la punta del iceberg de estos. Mínimo de los
malos. Así que quiero aprovechar esta situación de enojo para escribirte.
Aunque no tengo intenciones de que lo leas, aunque después me tache de dramática,
aunque sea moralmente incorrecto, o completamente inmaduro, aunque cuando entre
en razón todo esto se me haga ridículo, hoy; HOY DE TODOS LOS DÍAS, yo tengo
derecho.
Tengo
derecho a decirte que a pesar de que eres tú el que está dolido, que a pesar de
que me sentí culpable mucho tiempo, a pesar de que no era tu culpa estar
enamorado, a pesar de que yo terminé las cosas y yo quedé como la mala persona,
la que no le dio más tiempo a las cosas, la que te lastimó, la que te hizo
daño, por la cual "no confías en nadie ya", por la que estuviste
triste mucho tiempo, por la que a veces tal vez lloras, o tal vez hartes a la
gente o por la que ya no quieras encontrar a alguien más, o por la que no
quieras ir a la escuela; tú me lastimaste. Y estoy molesta. No, no estoy
molesta, estoy furiosa.
Porque,
seamos honestos, nadie toma en cuenta a la persona que termina las cosas o que
no le hace caso a alguien. Para todos esa persona es la mala, la que no supo o no
sabe valorar, la "¿cómo que lo cortaste si es tan bueno?" o
"¿por qué no le haces caso si es una persona ejemplar?" cuando mcuhas
veces existen fuertes razones para hacerlo. A la que le sacuden la cabeza de
lado a lado porque es la culpable de muchas desgracias. ¿Y nuestros
sentimientos, nuestra forma de pensar? ¿Acaso no importan? ¿Qué pasó con ser
honestos? ¿Qué eso no debe ser equitativo? ¿Acaso no es mejor terminar algo a
lo que no se le ve futuro o no empezar algo por lo mismo? ¿Acaso se está mal
por decir la verdad? ¿Acaso tenía que mentirte cuando eso va en contra de mis
principios, principios de los cuales supuestamente estabas enamorado? ¡¿Qué
querías que hiciera?! Nadie, nadie toma en cuenta el "porqué" de las
decisiones de la otra persona. Somos
demasiado veloces y duros para juzgar. Todo mundo te trata como si le hubieses
sido infiel. Total ni haciendo las cosas bien uno puede quedar bien. Y no es el
punto de todo esto, pero ¿De plano?
¿De
plano ponérmela tan difícil? ¿De plano alejarme de los amigos que estuvieron
ahí antes que tú? ¿De plano hacer que las personas volteen y me vean con cara
de “ojalá se arrepienta en un futuro”? ¿Tanto así? ¿Tanto así te quebré? Porque
déjame decirte que fuiste tú el que me dijo que no quería ser un patán más, que
no ibas a exigirme, que me ibas a querer así como así. Y lo que hiciste, ¿eso
no está mal?
¿No
es pecado igual haberme querido hacer a tu manera? ¿ No es pecado igual haberme
juzgado? ¿No haber confiado en mí? ¿No es pecado igual haberte creado una idea
de mi y que, al no cumplir tus expectativas, me lo reclamaras? ¿Eso no es
lastimar? ¿Eso no duele porque yo terminé las cosas? ¡¿Eso no es nada para ti?!
Escribiéndote
estas palabras me doy cuenta de algo de lo que no me había dado cuenta antes,
porque estaba muy ocupada sintiéndome mal por la desdicha que había causado en
tu vida como para ver la mía. Estoy enojada contigo. No quisiera estarlo,
quisiera que todo hubiera sido fácil, pero ahorita, ahorita me di cuenta de que
no puedo. Ahorita necesito estar enojada con el hecho de que me lastimaste, de
que me sigues lastimando, de que ya no puedo estar tranquila y feliz con gente
con la que antes me sentía incluida. Necesito estar enojada con el hecho de que
me estás satanizando, a mi y a lo que alguna vez tuvimos. Necesito estar
enojada porque a pesar de yo ser la mala del cuento, tengo el mismo derecho que
tú a estar mal, a no ser “la mejor persona”.
Así
que ahora te lo digo yo; no me hables. No me busques. No quiero saber de ti. Me
molesta escucharte en conversaciones ajenas, me molesta que la gente diga lo
bueno que eres, me molesta que la gente resalte tus cualidades porque las he
intentado resaltar todo este tiempo y con la actitud que tomaste no me lo
permites. En algún momento, esta actitud infantil de mi parte se quedará en el
pasado, donde debe de estar. Volveré a ser la mujer que considero lo
suficientemente cuerda como para quedarme callada, para ser prudente, para ser
madura, no actuar como adolescente y hacer paces con el pasado, porque a fin de
cuentas eso debemos hacer (si, es una directa). Pero por ahora no quiero saber
nada de ti. Porque estoy enojada. Porque tú también me quitaste cosas. Porque
si lo que quieres es hacerme la mala, debes saber, que los malos también
lloramos.
